Es el tercer día del Capítulo General. Los capitulares dedicaron hoy un buen tiempo al trabajo en grupo, discutiendo la relación del sexenio presentada ayer por el Ministro General. Esta mañana hubo tres momentos principales: la oración al inicio del día en los distintos grupos lingüísticos; la discusión de la relación del Ministro General en cada “coetus”; la presentación en la sala capitular de los debates que tuvieron lugar en los grupos y las respuestas del Ministro a las preguntas presentadas.
A partir de las 6,30 de la mañana, cada fraile se dirigió a la capilla correspondiente, según el grupo lingüístico al que pertenece, para la oración de Laudes y la Celebración Eucarística. La escucha y la meditación de la Palabra de Dios en la propia lengua sirvió de “inicio” para una discusión más concreta y para compartir en los grupos la relación del Ministro General. Son 9 Conferencias que componen actualmente la Orden: CCB, CCH, CCMSI, CEMCap, CENEC, CONCAO, EACC, NAPCC y PACC. Las dos Conferencias africanas trabajaron juntas. En la sala indicada, cada grupo dedicó el tiempo necesario para profundizar conjuntamente en el informe del Ministro, reconocer los aspectos positivos de la vida de la Orden, captar los desafíos y proponer cuestiones de clarificación, así como perspectivas y propuestas de trabajo sobre los problemas identificados.
El momento más rico y esperado de la mañana fue aquel en el que los Secretarios, en espíritu de hermandad, compartieron con la asamblea las resonancias desarrolladas en los grupos. Casi todas las Conferencias consideraron la relación del Ministro una fotografía instantánea fiel y real de la Orden en el momento actual gracias a su claridad, visión panorámica, profundidad y estructura. Para varios frailes, el informe destaca sobre todo porque está sostenido por una mirada de fe, basada en la experiencia personal y sustentada en el amor que el Ministro tiene por la Orden y por los frailes, que implícitamente se trasluce en el documento. Para muchos, es un texto que puede servir como herramienta muy útil para que las Conferencias lo exploren más a fondo. Los capitulares también apreciaron que el informe no oculta las dificultades causadas tanto por la pandemia de Covid-19 como por las guerras y los conflictos que inevitablemente han influido en las actividades de la Orden.
En el estudio del documento, las Conferencias identificaron, entre varios aspectos importantes, algunos que merecen una mayor profundización y ubicación en los diversos contextos de nuestra Orden: la Ratio Formationis, la colaboración fraterna y las estructuras organizativas. La Ratio Formationis es reconocida por los frailes como un documento estructurante de la formación, que describe nuestro carisma y, como tal, merece ser explorado, reinterpretado y contextualizado para una mejor implementación en las diversas situaciones concretas de nuestra Orden. Insistimos en la formación de formadores especialmente en aquellas zonas geográficas donde hay un mayor crecimiento de vocaciones. Mientras tanto, la colaboración fraterna se ha convertido en un camino irreversible para la Orden en la situación actual; si bien debe repensarse en sus formas y objetivos. En este contexto, se propone un camino de colaboración marcado por la generosidad por parte de las Circunscripciones que cuentan con más hermanos, combinando la acogida por parte de quienes los reciben y una seria preparación misionera por parte de quienes deben “ir a la misión”.
Mientras tanto, la reorganización de las estructuras de la Orden, que ha afectado a algunas Custodias, Provincias y Conferencias, aunque sea un proceso difícil y a veces doloroso, es una realidad con la que debemos aprender a convivir. Sin embargo, es necesario seguir acompañando a estas Circunscripciones y Conferencias incluso después de los procesos de unificación o transformación. En respuesta a estos y otros temas, el Ministro General, agradeciendo a los frailes su “feedback”, se detuvo en las preguntas e inquietudes que le dirigían, tratando de responder a cada una de ellas. El Ministro invito a los frailes a reconocer los desarrollos ocurridos en gran parte del mundo donde estamos presentes y, simultáneamente, instó a saber aceptar con humildad los desafíos identificados como una oportunidad de cambio que Dios nos ofrece para vivir el Evangelio.