Figura del Consejero General

En la última parte de la tarde del 29 de agosto de 2024 se produjo un cambio de programa: después de la discusión de los temas económicos, el Ministro General, fr. Roberto Genuin, adelantó su presentación sobre “La figura y el papel del Consejero General y problemáticas abiertas”. El hermano Roberto describió la figura del Consejero, a partir del empeño que éste desarrolla: “con sus propios conocimientos, intuiciones, convicciones, experiencia de vida y del seguimiento del Señor, libertad y madurez de juicio ayuda al Ministro General para que pueda gradualmente formarse una convicción personal sobre la forma más adecuada de actuar “.

Precisando que “el Consejo General no equivale a una junta directiva de ninguna empresa o sociedad“, el hermano Roberto aclaró luego que el Consejero debe guiarse “por criterios que vienen de arriba, del Evangelio y de nuestra identidad carismática“. De estas aclaraciones surgen algunos requisitos imprescindibles para quien desempeña el cargo de Consejero General. En primer lugar, es necesario “que tenga una fuerte experiencia de seguimiento del Señor”. Luego, es importante que el Consejero esté disponible para servir a los hermanos y, por tanto, tenga voluntad y disponibilidad para aprender o profundizar algún idioma. El Ministro, insistiendo en el deber de servir a sus hermanos, señaló que “el Consejero deberá gozar de una buena salud que le permita soportar el importante cansancio de los viajes largos, los cambios de clima, de alimentación y de los diferentes horarios”.

Tras describir la figura y el papel del Consejero, el hermano Roberto llamó la atención sobre su número, recordando que “el reglamento para la celebración del Capítulo (art. 31) confía a los grupos la tarea de discutir el tema y proponer uno o más candidatos”. De la discusión entre los capitulares, primero en “coetus” y luego en la Asamblea, se establecerá también el número necesario de Consejeros para servir a la Orden. Al final de su presentación, el Ministro recordó a los capitulares que “los Consejeros, aunque sean expresión de un área, son Consejeros para toda la Orden” y por tanto “pueden y deben estar disponibles para ir a casi todas partes“.

El 30 de agosto se reanudaron los debates sobre el Informe económico a primera hora de la mañana.Se pidió a los secretarios del os grupos, uno a la vez, que presentaran las reflexiones y las posibles solicitudes de aclaración de los respectivos “coetus”. En general, el informe del Ecónomo fue acogido por los capitulares con serenidad, hasta el punto de afirmar que en él brillaban claridad, precisión y competencia. Para los distintos grupos, el Informe ilustra cómo la situación económica de la Orden, aunque sujeta al crítico escenario económico de los últimos años, es bastante estable. Sin embargo, no faltaron indicaciones y sugerencias, comprendida la de incluir en el Informe las particularidades de las Conferencias (y Circunscripciones) y algunas otras realidades de la Orden. 

A continuación, el hermano Justino concluyó su discurso respondiendo a las peticiones presentadas en la sala, reiterando lo expresado el día anterior: “con un compromiso serio de transparencia, podemos vivir tranquilamente nuestra vocación sin demasiadas dificultades”. Al final de la mañana los capitulares se reunieron nuevamente en grupos para continuar el debate sobre la figura y el papel del Consejero General.

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