El mundo cambió rápidamente en los últimos decenios, con nuevas estructuras, nuevos desafíos y nuevas formas de responder y de afrontarlos. Un mundo con nuevas técnologías y sobre todo con un nuevo modo de relacionarse y de compartir, un mundo sin fronteras, globalizado y en constante movimiento de personas que colaboran, tienen experiencias de estudio, de trabajo y de vida con tantas otras culturas y Países diversos. La Iglesia, y nuestra Orden, buscó acompañar estos procesos sociales acogiendo las oportunidades que ofrecen. Hoy vemos a nuestra gran fraternidad internacional y nos damos cuenta de que no podemos continuar mirando sólo hacia adentro de nuestra Circunscripción, sabiendo que unos tenemos la necesidad de los otros. En varios momentos escuché decir a nuestro Ministro General, fr. Roberto Genuin, que “debemos mirar más allá de los límites de nuestras fronteras, porque el futuro está en la colaboración”.
En el pasado, muchos hermanos europeos o estadounidenses fueron como misioneros a Asia, África y Sudamérica, con el propósito de implantar la Iglesia y la Orden. Con el lema “una Provincia, una misión”, dieron la vida en tantos lugares que hoy florecen en vocaciones y que están realizando el movimiento inverso. Desde hace más de veinte años comenzamos a ver un flujo de hermanos que están sosteniendo Circunscripciones, sobre todo en Europa y Norteamérica, las cuales, sin esta ayuda fraterna, no podrían sostener nuestra vida y misión. Este movimiento, que hasta hace pocos años se conocía como solidaridad de personal, hoy lo llamamos colaboración fraterna.

En los últimos Capítulos Generales se buscó hablar acerca de esta perspectiva y favorecerla, porque es una respuesta concreta que la Orden está dando a las necesidades que tenemos, sobre todo para mantener nuestras presencias en lugares significativos, para responder a la nueva misión que la Iglesia nos confía y para reavivar nuestro carisma. En el Capítulo General pasado, fr. Mauro Jöhri decía que: “el objetivo de la colaboración fraterna es reforzar la vida fraterna en áreas de descenso numérico, con la esperanza de permitir a las circunscripciones reforzar y retornar a una situación saludable”. Hoy vemos que son múltiples las motivaciones de este movimiento de hermanos y experimentamos la riqueza de poder contar con tantos hermanos jóvenes, que parten para contextos sociales y culturales distintos, dando vitalidad a las fraternidades, sosteniendo y promoviendo nuevos ministerios, y animando la pastoral vocacional.

En este último sexenio, la Orden celebró varios encuentros internacionales donde se profundizó el tema de la colaboración fraterna. En el Encuentro Panamericano de Capuchinos, celebrado en 2022, fr. Mauro Jöhri decía que “una forma que en estos años fue asumiendo la irrenunciable dimensión misionera de nuestra Orden (cf. Const. 175,5) es la de la colaboración entre distintas Circunscripciones”. Este carácter misionero alentó aún más la colaboración y son muchos los hermanos dispuestos a partir, y hay cada vez más Circunscripciones que se abren para acoger e integrar plenamente en sus estructuras hermanos que vienen en colaboración, sea para las obras pastorales, como también para importantes servicios dentro de la fraternidad y de la Circunscripción. Durante el Capítulo de las Esteras celebrado por la Conferencia de la India (CCMSI) el año pasado, se hizo una reflexión sobre la colaboración fraterna. Los hermanos indios son los que más están ofreciendo este servicio a la Orden y hoy están presentes en todos los continentes. Durante este encuentro ellos presentaban la Colaboración Fraterna como “una realidad emergente en el seno de la Orden, que se transformó indispensable pero que al mismo tiempo necesita una más profunda reflexión, disciplina y concreción”.
En el próximo Capítulo General, el tema central será el de la Colaboración, visto desde diversas perspectivas. Si el futuro está en la colaboración, debemos acoger este soplo del Espíritu Santo en nuestra Orden Capuchina y debemos encontrar el modo más apto para que exprese nuestro carisma. ¡Realmente el Señor nos dio hermanos!