Desde hace una semana, 173 frailes capitulares, entre Provinciales, Custodios y Delegados, están en Roma para la celebración del 86º Capítulo General de los Frailes Menores Capuchinos. Las imágenes que nos transmiten las redes sociales del Capítulo son de una asamblea armoniosa, caracterizada por momentos de intercambio fraterno, de discusión, de aperturas particularmente hermosas, de tiempos de trabajo y oración, de tardes de intercambios fraternos y de diálogos que van tomando forma, tejiendo así la trama diaria del Capítulo.
En el programa del Capítulo, el domingo está marcado como un día de suspensión del trabajo, de descanso para recuperar energías. Es el día del Señor. Algunos capitulares lo aprovechan para una visita a Roma, para una pequeña peregrinación a las Basílicas, o para algunos encuentros, o tal vez algo más. Pero, detrás de escena, hay quienes han estado trabajando desde el primer día para que sea un evento hermoso y funcional, para que sea un tiempo de gracia provechoso para la Orden. De hecho, un equipo variado de frailes debidamente equipados y competentes en diferentes campos se compromete, desde primera hora de la mañana hasta la tarde, para hacer de nuestro Capítulo un evento que fluya de manera armoniosa y participativa.
Entre los diversos frailes, llamados “officiales“, encontramos a los secretarios capitulares, los actuarios, los liturgistas, los técnicos, los intérpretes de las lenguas (hay 6 idiomas oficiales), los traductores, los informadores, los ecónomos y los “adiutores” que se ocupan de los servicios fraternos, los conductores para los días de llegada. En total son 43 frailes que trabajan intensamente en los diversos ámbitos necesarios: desde el área informática hasta la comunicación; desde la preparación del refectorio hasta la limpieza de las zonas comunes; de la gestión económica a la animación litúrgica; desde el cuidado de los frailes hasta la gestión de los trabajos capitulares en el aula magna.
El cumplimiento de la tarea que se les ha confiado, también para ellos es un tiempo particular de gracia, un enriquecimiento personal, pudiendo vivir esta experiencia de contacto con hermanos de todo el mundo, en un momento tan significativo para la vida de la Orden. Pensando en éstos servicios, la víspera del inicio del Capítulo, quisimos rendirles homenaje con un momento vespertino en la plaza del Colegio, saboreando juntos algo fresco.